En el libro que tienes en las manos, lector, se ha vuelto por los antiguos fueros, y dejando a un lado el clásico sistema de estudiar los hechos enlazados entre sí dentro del estado o nación donde se realizaron, se van desgranando lentamente los años y dentro de ellos se cuentan los hechos que la historia nos ha legado.
Este sistema tiene dos ventajas importantes. La primera el ver cómo, a merced que se avanza en el tiempo, el consorcio de las naciones se amplia, y cómo el escenario es cada vez mas grande y hasta los intereses que mueven a los hombres; pues si antes se luchaba por una ciudad, luego por el dominio de una región y más tarde por la hegemonía de Europa, ya se entrevé el deseo de dominar el Espacio después de haber pasado por la etapa de querer dominar la tierra.
La otra ventaja es la de lograr mayor imparcialidad. La pasión es el carácter de la historia , y no parece cercano el día en que desaparezca este mal endémico. Por eso, el presentar una historia en que los vencidos no sean humillados , es un gran mérito. Debemos desechar ya aquel prejuicio medieval según el cual en las guerras como en los torneos y juicios de Dios, la justicia y la virtud están de parte de los vencedores. No cabe duda que así debe ser, pero parece pueril deducir que una persona o un ejercito, por el hecho de seer más débil y perder la batalla, ha de ser, sin otra razón que lo justifique, injusto, avasallador o tirano.
En 5,000 años de historia se ha procurado buscar en todo momento la máxima imparcialidad, que se ve favorecida por el hecho de resaltar la fecha y la acción en sí, dejando a un lado los partidos y las nacionalidades. Los personajes históricos son, sobre todo, actores de una época que representan una escena digna de pasar a la historia. El juzgar su actuación le corresponde al lector.
Este sistema tiene dos ventajas importantes. La primera el ver cómo, a merced que se avanza en el tiempo, el consorcio de las naciones se amplia, y cómo el escenario es cada vez mas grande y hasta los intereses que mueven a los hombres; pues si antes se luchaba por una ciudad, luego por el dominio de una región y más tarde por la hegemonía de Europa, ya se entrevé el deseo de dominar el Espacio después de haber pasado por la etapa de querer dominar la tierra.
La otra ventaja es la de lograr mayor imparcialidad. La pasión es el carácter de la historia , y no parece cercano el día en que desaparezca este mal endémico. Por eso, el presentar una historia en que los vencidos no sean humillados , es un gran mérito. Debemos desechar ya aquel prejuicio medieval según el cual en las guerras como en los torneos y juicios de Dios, la justicia y la virtud están de parte de los vencedores. No cabe duda que así debe ser, pero parece pueril deducir que una persona o un ejercito, por el hecho de seer más débil y perder la batalla, ha de ser, sin otra razón que lo justifique, injusto, avasallador o tirano.
En 5,000 años de historia se ha procurado buscar en todo momento la máxima imparcialidad, que se ve favorecida por el hecho de resaltar la fecha y la acción en sí, dejando a un lado los partidos y las nacionalidades. Los personajes históricos son, sobre todo, actores de una época que representan una escena digna de pasar a la historia. El juzgar su actuación le corresponde al lector.
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